Después de todo lo que se ha escrito hasta ahora, surge una pregunta que quizá muchos de ustedes se hayan hecho, sea ahora o incluso antes: ¿Para qué sirve el Índice de Desarrollo Humano? ¿Cuál es su utilidad? ¿Con qué fin saca uno esas estimaciones?
Con el alcance de la globalización, las redes sociales y el internet, hoy por hoy sabemos mucho más de lo que en otro tiempo podríamos haber sabido sobre las cosas que pasan y su estado en un país al otro lado del mar. Muchos inversores, empresarios o personas que desean emigrar, viajar o trabajar en otra región deben estar informadas sobre estos datos antes de decidir si ese o aquel país conviene para sus proyectos. Una de las cosas más importantes es, pues, si la región en cuestión tiene capacidad para crecer.
A tener en cuenta
El IDH tiene, de alguna forma, la función de señalar esto. Al no centrarse solo en un único aspecto de la economía y la sociedad, este indicador permite, por ejemplo, a un empresario extranjero ponderar la conveniencia de si una inversión en un país X valdría la pena para su empresa. También es útil a la hora de saber cuáles son las necesidades más apremiantes de una nación, algo que los políticos y gobernantes deben ponderar para saber qué acciones tomar durante su régimen.
En la actualidad
A día de hoy, con la situación de política internacional y relaciones entre países, muchas organizaciones piensan que es necesario evaluar el IDH de las naciones. Esto a fin de prevenirse de futuros problemas que impliquen migraciones masivas, devaluación monetaria, crisis humanitarias, conflictos bélicos, corrupción y problemas económicos que, tarde o temprano, afectan a los países vecinos.