Contaminación del aire por partículas en suspensión
Las partículas en suspensión son sustancias solidas o liquidas que se encuentran suspendidas o dispersas en el aire, esto ocurre de manera natural o por la acción del ser humano. Pueden permanecer en el aire durante mucho tiempo sin llegar al suelo y viajar distancias importantes a través del viento. Estas partículas engloban múltiples compuestos que varían en su composición físico-químico, origen y efectos sobre el medio ambiente y la salud. Lo cual es una de las causas de el aire contaminado.
Entre ellas podemos mencionar el polvo, hollín, polen y cenizas.
Según su tamaño, tenemos 3 tipos de partículas en suspensión:
- Partículas gruesas o PM10: miden de 10 a 2,5 micras y provienen del polvo, la construcción y el viento que levanta partículas del suelo.
- Partículas finas o PM2,5: miden menos de 2,5 micras, se producen por la combustión de los combustibles fósiles y son las más perjudiciales.
- Partículas ultrafinas: miden menos de 0.1 micra y se conoce poco sobre ellas.
Por lo general, las partículas en suspensión miden menos de 10 micras, por lo que alcanzan las vías respiratorias más pequeñas y se pueden alojar en los pulmones o pasar al torrente sanguíneo. Es por ello que pueden perjudicar nuestra salud, dependiendo del tipo de partículas y ocasionar enfermedades cardiovasculares y respiratorias.
La OMS indicó que no existe un umbral de seguridad que indique los daños sobre la salud en base a la concentración de partículas a la que se expone un cuerpo humano, por tanto, siempre habrá daños para la salud y se recomienda reducir su concentración lo más bajo posible a través de políticas que favorezcan medios de transporte menos contaminantes, generación de electricidad limpia, mejoras en los desechos industriales, entre otras estrategias.