La creación, la evolución y el tiempo no se han detenido; es sólo que, para nosotros, este instante es muy largo.
Todo en la naturaleza tiene sus leyes y premisas bien definidas. Toda la materia y energía en el universo llevan su inercia, ritmo y frecuencia gobernandas por dichas leyes.
Cuando llegan a coincidir varias o miles o millones de leyes naturales en tiempo y espacio, pueden dar por resultado cosas increíbles. Como, por ejemplo: La vida.
Si toda materia y energía lleva su inercia y su ritmo, debemos saber que llegará un momento en el que alguna o muchas de las leyes naturales se desincronizarán, igual que las culturas primigenias de la zona entre el Tigris y el Eufrates dejaron de creer en los dioses de mesopotamia, ocasionando situaciones diferentes a las actuales.
«La vida en la tierra es un instante de sincronización».
A la naturaleza no le interesa si en su andar creó o destruyó vida.
Ella sigue su camino.
Preparemos nuestros cuerpos a evolucionar más rapido para adaptarnos al cambio.
O bien, preparémonos a emigrar a mundos donde existan las mismas condiciones sincronizadas que en la tierra.
O, por último, si nos gustamos tal cual somos y nos gusta donde estamos, preparemos micro medios para sobrevivir en condiciones adversas a las que fuimos creados.